sábado, 2 de abril de 2016

Paseando bajo Los Mallos y entre pasillos milenarios


"Viéndole ya las orejas al lobo" y para rematar los días de tranquilidad, un plan light y chulo para tener a la family contenta; conociendo los Mallos de Riglos y visitando el castillo de Loarre, que hace unos añitos conocimos.
El tiempo parecía venir algo inestable, igual unas gotillas pero tampoco nada importante y sino facil solución... CHUBASQUERO Y BUENA CARA.

Castillo de Loarre, halla por 2006.

Madrugamos un poco para rematar detalles, y nos encontramos con que las cuatro gotas están cayendo , pero  eso tampoco nos va a fastidiar ni el día ,ni los planes.
Nos ponemos en ruta, guiados por el canso del tomtom al que le toco romperse un poco la cabeza y recalcular varias rutas; pero conseguimos llegar a buen puerto, que ya estaba bastante abarrotado de gente y bañado con un ligero txirimiri.
Tras taparnos con los chubasqueros; arrancamos bajo los imponentes Mallos ,en los que ya empiezan a subir los primeros "arañitas". 
Por la GR vamos tranquilamente bordeando los mallos, remitiendo poco a poco la lluvia,  a la vez que disfrutamos del verde y rocoso paraje de Riglos.
Al dejar atrás a "los rocosos amos del lugar", nos adentramos en el barranco de La mota, por el que sudamos un poquitin; ganándonos el rico almuerzo que traíamos preparado. Cerca del pequeño collado de San Roman, degustamos el almuerzo acompañados de un rico solazo.

El tiempo no quiere acompañarnos, pero decididos y bien tapados arrancamos ...
... respirando un ambiente especialmente rocoso en Riglos.
Paseamos sin prisas  por la GR 1 ...
... a la vez que nos regocijándonos con las bonitas vistas que nos brindan los Mallos y Peña Rueba.
Algunos "amigos" están ya al acecho...
... mientras sudamos por el barranco de La Mota.
Tras "el trabajo bien hecho", toca la buena recompensa en forma de bocadillo.
Despacito y sin prisa regresamos hacia Riglos...
... para terminar de deleitarnos con los imponentes Mallos desde cerca.

Aprovechando el día y la incansable ilusión de "el jefe" , nos desplazamos hasta el antiguo castillo de Loarre para volver a visitarlo.
Parece mentira lo que es "la cabeza", que el lugar nos resultaba extraño; pero la ilusión de visitarlo era igual que como sin conocerlo. Sin mucha prisa nos adentramos entre sus murallas, visitando cada recondico y oscuro rincón,paseando por su enorme patio de armas, mirando el cielo por la chimenea de sus cocinas, visitando el trono( ¿del rey?)y subiendo a parte de sus dos torreones.

Vamos hacia el castillo sin mucha pelea... no esta muy defendido.
Entramos por su puerta grande...
... recorriendo sus laberínticos pasillos...
... y su enorme patio de armas...
... con dos imponentes torreones...
... a los que había que subirse.
Después de encontrar "el trono real"...
... bordeamos las murallas y damos por finita la visita.

Ya de vuelta de esta zona tan maravillosa, una suculenta "degustacion gastronómica" a horas tardías en el Anaya de Puente; para poner el broche de oro a este buen día.










##DeL RìO##

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