Esto está fuera de lo normal, cuando lo cuente nadie se lo va a creer. Nos encontramos ya en el ecuador de la semana Santa y en lo que planes montañeros se refiere va bastante pobre y no tiene pinta de cambiar. Más vale que todavía hay quien "da un golpe en la mesa", que pone firme a cualquiera, y con ello hacemos que el tema se ponga en funcionamiento. El destino lo tenemos claro, allá donde haga buen tiempo y "la casa", aunque precaria y en proceso, va sobre ruedas; así que solo nos queda saber donde veremos el sol.
Uno ya no sabe de qué fiarse, pues cuando dan sol, llueve y viceversa. Así no hay manera de acertar, pero dejarse en buenas manos es la mejor opción y ello nos hará marcar destino en las bajas tierras que limitan con el cantábrico. Pero aunque bajas, pueden darnos algo de juego montañero, ya veremos que manda " el de arriba".
Una por una ya estamos fuera de la rutina urbanita y nos vemos en medio de la oscura noche, sin casi saber dónde estamos, y ahí donde mejor (con buenos modales) echamos ancla y pasamos noche de estreno.
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Basílica gótica de la Asunción. |
La tristeza con la que amanece es poca, para lo que le sigue al rato con una lluvia que lo único que hace es j** la marrana. Con este feo panorama, lo mejor es tirarse de cabeza al plan B y este nos lleva a orillas del mar a conocer el pueblito de Lekeitio; recorriendo sus rincones, su islote y llegando hasta su faro. Un día diferente de vez en cuando no está mal, pero por" dentro hay una llama" que pide algo más, y sobre todo después de ver que, aunque amenazando, la cosa no ha sido para tanto.
Con esta idea en la cabeza, suena alguna gran montaña vasca, que se acaba viendo relegada por un plan sin conquista pero curioso, bonito y sin perder de vista la costa. Si el tiempo no nos la juega, podria salir una mañana redonda que ponga la guinda a una tranquila semana santa.
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Isla de San Nicolás, mirando hacia el puerto de Lekeitio. |
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Estrecha calle de Lekeitio. |
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Mirando hacia la Talaia desde la zona del Faro. |
El dia sale a pedir de boca y al contrario que la anterior jornada, está invita a la alegría y a ponerse temprano en movimiento, tan temprano que para cuando algun vecin@ se digna a salir ya estamos apunto de partir.
Sin separarnos de las aguas del cantábrico, seguimos la línea de costa, pasando por las urbes lo más deprisa posible y plantandonos a las puertas del entorno natural, en las faldas del solitario Jaizkibel,con aparente calma para el gran día que está. La cosa cambia al cojer la divertida carretera del puerto, por la que much@s sobre ruedas ya van disfrutando. A toda pastilla subimos en busca de su alto, a cuya sombra nos quedamos por esta vez con vistas al mar, y con poca compañía nos calzamos las botas y empezamos hacia abajo, como no suele gustar.. porque a la vuelta toca sudar.
Hola Oscar.
ResponderEliminarMuy curioso el recorrido y atractivo sin duda, con esos colores, el mar Cantábrico de fondo y esas zonas de arbolado.
Yo en Lekeitio he veraneado varios años y sin moverse del pueblo, hay un sendero que remonta el río Lea desde su desembocadura en el mar Cantábrico, que se puede hacer en varias etapas y merece la pena.
También esta por la zona el bosque de Oma, la ruta del Flysch o el Parque Natural de Aia-Pagoeta, que tiene unos hayedos preciosos. La zona da para mucho.
Un saludo
Aupa Eduardo que tal!! Chulísimo y además asequible para todo público.
ResponderEliminarPues en Lekeitio no sabíamos muy bien hacia donde pegar, y decidimos tomarlo con otra filosofía, aunque se nos quedaron ganas de alejarnos más de la urbe ejje.. tocará volver otra vez =)
Esas dos primeras zonas las conocimos en otra incursion costera, y sin duda muy recomendables. Y el parque natural, si no me equivoco es donde está el Ernio? aquel monte plagado de cruce ejejj, mira que lo pensamos.. pero cuajo más esta de Labetxu. Otra que apuntamos en pendientes jajaj
Saludos