Son días oscuros, plagados de incertidumbres que desembocan en miedos y en los que cuesta arrojar un poco de luz. A quien no le falta el ver a la familia, le falta salir a tomar una copa con los amig@s, o el partido del domingo, la vuelta en bici, la pared que tenía planeada escalar y así una larga lista de acciones cotidianas que hacían brillar los días de la vida y que se han visto interrumpidas de forma drástica.. pero aun y todo, a día de hoy, podemos disfrutar de todas ellas de dos maneras encerrados entre cuatro paredes.Bien dejando libre a la memoria y que la nostalgia coja las riendas para surcar nuestros preciados recuerdos o por otro lado dejando correr nuestra imaginación, mientras alguna brisa de aire fresco y unos pocos rayos de sol nos hacen sentirnos como "al otro lado", y anhelamos nuestros más profundos sueños.
Desde que comenzó "el fin de la vida normal", ha sido una lucha contra un enemigo invisible y una plaga de dificultades. Y justo cuando parecía que llegábamos al esperado final; como a veces pasa en la montaña, que ya solo ves el cielo azul y casi puedes tocarlo, pero te das de morros contra otro cuestón "terrible"... pues aquí igual.. ZAS !!!
Sólo hemos superado el ecuador de estos días de "clausura". Días que se vuelven eternos, en los que no sabemos ni que día acontece y nos dejan nada más ser espectadores del "mundo libre" a través de la ventana.
Uyuyuy el inglissssss....
ResponderEliminarQuitándole el óxido ;)
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