Esencia blanca en el Mirador de Zamariain

Cierto sabor agridulce nos ha marcado estos días ,siempre tan bien avenidos, de diciembre que van viendo llegar su fin; pero en los que todavía podemos "rascar" algo. Después de la lenta experiencia con el enorme paquetón de nieve húmeda que encontramos en Belagua e imaginando que la cosa lejos de mejorar, irá a peor; buscamos un destino cercano en el que tampoco escatimen en nieve. Echando el dedo sobre el mapa, este cae sobre Roncesvalles; y aunque las noticias fresca nos hace saber que los esquís entran entre las posibilidades, decidimos dejarlos y pasar el testigo a las botas, que también las hay que "domar". La que se avecina 😜esta temporada, aunque todavía tendrá que esperar.

Llegados al día final que comenzamos también con agua a granel, albergamos una ínfima esperanza de quizá pillar una ventana de tiempo decente de cara a mediodía; así que de par de mañana nos lo tomamos con calma. Mientras los "profesionales" ya están en marcha hacia sus destinos, despegamos las sábanas y dejamos la calidez, para arroparnos por el frío día de este sorprendente todavía no invierno. Cuando los "domingueros" se echan a la calle, empezamos a pensar en ir saliendo , en que posición nos pone eso? pero sin prisas, que el temporal sigue haciendo de las suyas, a eso que ya pasa de media mañana.

Encaminados al Norte, pasamos por los alto de Erro y mezkiritz, ambos cargados de nieve y gente a casi partes iguales; pero al llegar a Espinal y Burguete, el jaleo es intratable. Ante ello y como era una opción que barajamos, damos la vuelta y a ver si tenemos suerte con el plan B. Siguiendo una carretera toda blanca, que nos da buenas vibraciones, llegamos hasta Garaioa y de primeras no hay gentío a la vista. Como buenamente nos deja el blanco manto, intentamos llegar al parking. A medio camino no las tenemos todas con nosotr@s y sacamos la pala a pasear, acabando por echarnos a un lado donde no estorbamos y sin rastro alguno de esa ventana prometida.

Quedando a la espalda las cumbres más meridionales del Valle de la Aezkoa,
vestidas con galas invernales y que juegan al escondite entre las bajas nubes ...

... entramos en la Sª de Areta por amplio carretil teñido de blanco,
que remontamos por resbaladizo firme entre el arbolado del bco. de Zabilgo ...

... sin posible pérdida, a pesar de que casi
 todo está cubierto, por el SL NA 55 ...

... llegando a los prados bajo la cima de Iturreta, donde hay quien 
aparcó el auto en "subterráneo" y por un rato nos pega el vendaval sin compasión.

Continuamos paseando sin apenas desnivel  sobre la profunda huella
de la divisoria que separa Olaldea y Garaioa, de nuevo arropados por la vegetación ...
Foto de Leyre

... hasta que el camino nos manda unos metros para abajo y aparecemos ante el impresionante, y está vez poco concurrido, mirador de zamariain.
Foto de Leyre

Leyre y 👆 " inmortalizados" en este llamativo mirador hacia el valle que baña el Irati, sin tener que hacer colas y disfrutando de su esencia en estado puro.

"Nants ingonyama bagithi baba" 🦁. Leyre en el mirador.

El ambiente invernal que rodea el enclave, es poesía para la vista ... Foto de Leyre

... y como lo prometido es deuda, esa ventana de claridad llega en el momento justo para dejar que nos deleitamos con el panorama que se domina desde Zamariain ...

... que no dura para siempre y Ernest vuelve a la carga con más nieve, por lo que plegamos sin tardanza del lugar.

Marcha atrás por nuestras pisadas en lo alto de la Sª de Areta ...

... y dirigidos hacia el fondo del valle de Aezkoa por cuatro " apisonadoras come hierba" deshacemos el camino hasta Garaioa, en una vuelta que para ser sacada de la manga en última instancia nos salió redonda 😝.

Foto de Leyre

🗻 Del Rìo 🗻