jueves, 7 de enero de 2021

Travesía La Cuenca-Valdizarbe. "Tardebuena 2020"

En estas fechas frescas y jaraneras lo que se ve son las celebraciones, los abundantes manjares que hay sobre la mesa, los regalos y claro está "los héroes", para grandes y sobre todo para pequeños, que los traen. Aunque si miras más allá.. siempre hay algo que se escapa, y poco se habla de las aventuras extremas de estos personajes. Que si la calurosa travesía del desierto de oriente de los reyes magos , la marcha gélida del polo norte de Papá Noel o el más cercano descenso de montaña lastrado del Olentzero. Al final va a resultar que la navidad tiene que ver con la montaña más de lo que parece y algo que no se puede hacer, es faltar a las tradiciones 😜.
Pensando en una forma de llevar acabó algo del estilo a estas "travesías" desapercibidas, la parte más retorcida de la mente empieza a trabajar e hilvanar todas las variables hasta sacar un resultado que no suponga ganarse un pozal de carbón bajo el árbol ese mismo día de Nochebuena.

Mientras el mundo está con su locura y las compras de ultima hora, aislado en mi burbuja particular preparo un equipaje ligero, incluyendo golosos detalles de estas festividades y con algunas dudas a resolver en el último momento. En la extraña onda que reina la calma y recorriendo el cuerpo un ritmo caribeño, espero a que las manecillas del reloj marquen primero la hora de echar el cierre al día y cuando marcan la de nueva apertura, comienza también la cuenta atrás para la hora de partida.
Ocho horas de calentamiento matinal, preceden al "ritual". Embutido en ropajes que no dejan escapar las pocas calores de la carne y cargado con una mochila que parece parte de uno mismo, calzo meticuloso y con cariño esas dos piezas del cuerpo que nos llevan a lugares espectaculares y sin tocar la campana de salir; amorosamente nos despachan y empieza la faena con destino a la mesa de Nochebuena.

Los grandes colosos de acero y hormigón quedan atrás por el camino marcado con conchas y salgo al trote de los dominios de la capital foral, rumbo a la montaña de los gigantes "aspados".
Con Peña Izaga, la Higa y la Sª de Alaitz por el flanco izquierdo ...
... mientras por el derecho se dejan ver "El Cabezón", sus divertidos paredones, el Mortxe y justo detrás el extremo Oriental de Andia ...
... avanzo, con la compañía de cuatro paseantes y algún otr@ sobre ruedas, sin apenas desnivel entre las tierras de labranza de la céndea de Zizur ...
... quedando a los pies de la Sª del Perdón, en el pueblo de Zariquiegui.
Envuelto entre matorrales, cojo las sombrías laderas del Alto del Perdón y asciendo a todo lo que da la máquina por el perfecto camino con cuatro pasos sobre el barro ...
... llegando a las alturas de la frontera S de la cuenca, justo en el momento que el sol empieza su última actuación. Aunque ya hay "público" contemplándolo desde que los afincaron ahí .
Echo rápido la mirada para atrás viendo a mis pies la cuenca de Pamplona, amurallada por algunas montañas de O a N ; empezando por Etxauri, quedando en medio algunas pirámides del extrarradio más cercano y terminando en las alturas de Ezkaba ...
...y una vez despido de donde vengo, oteo el horizonte hacia el que voy; donde las últimas luces dan colores fogosos al Valle de Izarbe ...
... a la vez que me tomo un pequeño descanso con festín incluido, que hacen falta fuerzas para lo que queda.
Repuesto de la parte más dura, cambio de vertiente y me encuentro con un monumento a los fusilados en el '36. Ni saber de ello. Las cosas que se pierde uno, cuando sale poco cerca de casa.
Clavando la mira en la cimilla y el pueblo que se asientan sobre el valle del río Robo ...
... bajo sin frenos y queriendo alzar el vuelo por el tieso camino sobre cantos rodados en las todavía iluminadas laderas norteñas del valle de Izarbe ...
... alejándome a pasos agigantados de lo "salvaje" y la zona más alta ...
... para casi oscuras, llegar al primer pueblo de Valdizarbe ...
... y continuar a la carrera, "cayendo" hacia el fondo del valle, a la luz del frontal entre los verdes campos de cultivo; uniendo Uterga con Muruzabal ...
... acabando en Obanos, cuando están lanzando fuegos artificiales. Recibimiento como a los grandes 😜.
Intentando unir el Francés con el Aragonés, acabo saliendo de Obanos por donde conozco; consiguiendo dar con el camino que viene de Canfranc e ir a las puertas de Eunate.
Recogido en el fondo del valle de Izarbe, voy llaneando a la contra de todo entre los oscuros campos de Obanos, Adiós y Eneritz ...
... llevando a lo lejos y a la par la silueta de la Sª del Perdón ...
... entrando en Eneritz y junto al monumento Jacobeo, abandono "El Camino" para afrontar la parte final.
Navegando en la oscuridad de las lomas del Alto del Txaparro, guiado por el brillo de la única luz en las alturas, asciendo los últimas y "chocolateadas" rampas ...
... que con un último esfuerzo me dejan junto a la ermita y en el alto de San Martín (715 m).
Casi 30 km de travesía uniendo la cuenca y Valdizarbe entre parajes de "casa" que no tienen nada que envidiar a los de fuera, con un chute de desnivel para abrir apetito y puliendo al reloj en más de una hora de lo previsto.
👆 en lo alto de San Martín (715 m).
Prácticamente con " el pescado vendido", me lanzo como un cohete por la vertiente contraria de la "tachuela rocosa" de las Nekeas y pongo punto final a esta travesía ,que hacia tiempos me rondaba la cabeza, en las calles de Añorbe.









🗻 Del Rìo 🗻

2 comentarios:

  1. Vaya tute Óscar. Como sigas así no llegas a viejo

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    1. Aupa!! jeje bueno tampoco es para tanto, cada vez un poco mas.Pero intenciones tengo de llegar.. aunque igual algo cansado jajaj :P

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