Una ida y venida de buenos planes por el tiempo incierto, que más bien tiende a lo peor; me acaban devolviendo al punto de partida. Con mucha gana que desgastar, más ideas en la mente y ninguna decidida .. POR EL MOMENTO. Sin perder la linea propia, alejada de lo racional, empiezo la casa por el tejado; dejando montada la mochila mas ligera que se puede, antes de decidir si quiera el destino. Lo justo echar cuatro víveres, de esos modernos de ponerte las pilas y ocupar poco hueco, algo de ropa minimalista, que solo le falta transparentarse y agua "ajustada", pero de grifo no embotellada. Con esto el cuerpo se hace a la idea de lo que le espera y sin querer acatar más ordenes, se abalanza en el sofá y se planta; mientras la cabeza sigue a lo suyo, sin un resultado claro ni para cuando acaba el día. Por lo que la última esperanza recaer en la consulta con la almohada, que siempre tiene respuestas.
Reyertas nocturnas que no perturban el sueño de nadie, se zanjan tras mucho tira y afloja y algún que otro aquí o alla, decidiendo como escenario los conjuntos montañosos de Aralar y de nuevo el de Andía. El plan, disfrutar o quizá "autodestruirse", completando los dos kilómetros verticales que parten del mismo Uharte Arakil a sus dos señeras cumbres. "LA QUE SE VIENE ENCIMA".
De manera apacible dejo avanzar la mañana. Buenos alimentos e incluso una breve sesión de ese lugar al que much@s atrapa entre sus garras, el temido sofá; me valen para reponer energías de cuerpo y mente, a la vez que pasa la posible masificación de ambos conocidos lugares. Sobre la hora de comer, sin perder el rumbo a contracorriente , me planto entre los macizos, bajo sus cimas de Beriain y Artxueta; ambas envueltas por un manto gris, sin intenciones de levantarse. Con poco movimiento en las calles de Uharte reaprieto las bambas, pongo el crono a cero y cojiendo profundamente aire... salgo a por todas, que para eso hemos venido.
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Arranco por azar o quizá perrería de primeras hacia Beriain por sus boscosas faldas meridionales; encaminándome tieso para arriba, mientras mucha gente baja, por la pisada senda del portillo de Uharte sin prisa pero sin pausa que estamos al comienzo ... |
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... y tras más de la mitad de la subida, ya engullido por las nieblas, me desvío a la "temible" variante del KV ; afrontando los últimos y resbaladizos 150 m de la muralla de Andía ... |
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... hasta salir a su grisácea altiplanicie, por la que
un interminable llaneo con la lengua fuera ... |
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... me lleva en una hora clavada, a la cima de Beriain (1494 m) y al resguardo de la ermita de San Donato, doy en cinco minutos con ligero avituallamiento autogestionado. |
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Continúo por las alturas de Andia pegado a los cortados que caen a las fajas de la vertiente meridional, yendo a la carrera por la grisácea inmensidad hacia "el morro" con el radar en "on" para dar con el gran hito que marca el puerto de Unanu. |
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Buscando la claridad, desciendo del reino de las nieblas, primero "levantando polvo' por la inclinada senda del canchal Sur desprendido de Ihurbain y sin pausa sigo esquivando ramas, raíces y troncos entre el hayedo... |
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... rumbo a las bajuras del encajonado valle de Ergoiena ... |
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... echando el freno, tras unas lazadas por pista a ritmo tranquilo y admirando a "la mole", en un apacible y desértico Unanu. |
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En el mismo pueblo, me uno a la Senda del Pastoreo (GR282) que con algo de subida que ni lo parece en comparación con lo que llevo me hace ir rodeando de S a N, pasando bajo el extremo occidental, el macizo de Andía y regresar a Uharte con más vuelta de la cuenta. |
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Cojiendo el "transporte de San Fernando", un ratito a pie y otro andando, atravieso el pueblo y me planto a los pies de Aralar; donde cabeza y cuerpo al unísono ruegan que ya no más, que ya vale ... |
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... pero haciendo caso omiso y con un tímido sol animándome, dejando a mis pies el valle del Arakil y a la zaga la todavía envuelta Sª de Andía ... |
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... voy venciendo a los pensamientos negativos que me bombardean junto al cansancio, mientras ganó altura por el remarcadísimo camino normal de Uharte en las laderas menos agresivas de Aiztondo y siguiendo las todavía más agradecidas de Amorleku ... |
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... finiquitando, tras unirme a la GR20, la penitente ascensión por una cuesta, que ya "pica", hasta las puertas del Santuario de San Miguel de Aralar ... |
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... pasando por tercera vez del santo, directo "presento mis respetos"
a quienes recordamos en este lugar y acabo de cara con "lo que resta". |
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La tentación es grande. Cuántas veces he subido a las antenas? No hacerlo sería rendirse, traicionarse a si mismo y no es opción. Aprieto dientes e impulsado por unas piernas en las últimas ayudadas por los brazos, atacó las verdes laderas espolvoreadas con piedras ... |
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... completando el segundo KV en la cima de Artxueta (1346 m),
SIN PODER CANTAR VICTORIA TODAVÍA . |
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Lo poco de bueno que queda en la mochililla cambia de lugar que lo alberga, mientras me acomodó de tal manera en las alturas que la pereza casi llega a conquistarme ... |
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... pero si no entras por la puerta de casa, una montaña no acaba y venciendo a todo "lo malo", bajo al santuario dando pena, con las piernas "como si fueran de otro", hasta que entran en calor y oteo una última vez sobre la Sakana ... |
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... echando "el resto de la carne en el asador" y descendiendo, la misma vertiente S de Aralar, apretando a "la maquina" a todo lo que da por la GR20 y el camino de Luperta para llegar a "meta" tras los 2KV entre estos dos macizos montañosos navarros. |
🗻Del Rìo🗻
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