Toda aventura tiene un principio y un fin, pero esta ya tiene más de lo segundo que de lo primero. Su comienzo por parte de los artífices, Yoli y Aitor, fue allá en los fríos y blancos días de enero sabiendo que la temporada invernal se venía diferente.. pero no por ello desdichada. Mirando a lo que se tiene al lado de casa y dándole un toque de gracia y motivación... se propusieron completar en la fría estación las 23 cumbres principales de la Sª de Andía. En jornadas de frío, de mucha pero mucha nieve, de nubes y las que no se pueden dejar pasar, dignas de los mejores días de verano; iban completando las diferentes y la mayoría desconocidas cimas, hasta quedar las tres últimas que forman la característica proa rocosa que domina sobre el valle de la Sakana. Siendo el cierre, piensan que la ocasión merece algo especial y nada mejor que echar noche dominando las alturas conquistadas desde el techo Andia. En una de estas nuevas maneras de sociabilizar, nos comentan su plan y los dientes se nos ponen largos hasta tocar el suelo. La de veces que hemos pensado en subir allá a dormir, para al final "agua de borrajas" .. y con una amable invitación, seguida de una rápida respuesta afirmativa; quedamos a la espera del alinear de los astros y un par de días que bien lo merezcan.
A falta de un mes para concluir el invierno, parece que el momento es propició y comienzan los preparativos. Esto y eso sí, para adentro. Aquello también y esto otro imprescindible, que no entra.. vuelta a empezar. Con la costumbre perdida, de hacer mochilones, toca jugar con ellas como si fuera una partida del Tetris hasta dejarlas a punto y cebadas. Casi en la recta final, terminamos de organizar el plan y marcamos hora y lugar de partida; mientras unos y otros permanecemos pendientes de la meteo que a priori viene más que decente para la ida y teniendo que cojerla con pinzas en la vuelta , aunque sin "caerse los cielos".. "Las cartas están repartidas y la jugada en marcha".
En horas poco convencionales, pero que se nos ajustan a la perfección, dejamos con muchas ganas cada cual su dulce morada y cuando esta un buen tropel hollando lo alto de la gran y puntiaguda pirámide que cierra la cuenca por el Oeste ; nos juntamos los cuatro en la rustica y "alborotada" capital del valle de Ollo. Dispuestos a salir y con las mochilas de camino a tomar posiciones en la espalda, nos echamos antes las manos a las cabezas y es que de entre las muchas cosas, se han quedado sin cargar las esterillas. Otra cosa podría pasar, pero siendo tan fundamental..
Para cuando uno se quiere dar cuenta, después de un poco de charloteo, el tema está solucionado y como si nada retomamos " la historia" justo donde se quedo a punto de dar el primer paso hacia el desenlace de "WINTER ANDIA".
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Bajo un día pintado con colores alegres, abandonamos toda comodidad civilizada y partimos por las faldas de "la proa" de Andia ... |
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... encaminándonos hacia sus altos por el amplio camino del bco. de Irazu , ganando altura con total disimulo y comodidad entre los verdes pastos de caballos ... |
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... a la vez que quedan atrás la cuenca de Pamplona y el valle de Ollo,
hasta llegar bajo Satrustegi y casi haber superado la mitad del desnivel.
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El camino cambia tras la balsa nueva
y por un terreno muy primaveral ... |
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... avanzamos más tiesos siguiendo hitos y rastros de senda entre la multitud de matorrales, que nos protegen de las ferias y fuertes rachas de aire, en la cabecera de la vaguada formada por las líneas rocosas de Idoitxiki-Satrustegi-Txurregi con Txargain-Treku ... |
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... saliendo a los rasos de "la herradura", "campo de batalla"
con los vientos, a la par del puerto de Irañeta ... |
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... y poco más adelante acabar asomados al vecino valle,
donde se erige con presencia el Erga. |
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Igual que los marineros al canto de sirenas; el "magnetismo" que desprenden los verticales farallones rocosos que caen sobre La Sakana nos embelesan por unos instantes, haciendo incluso que detengamos la marcha. |
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Mirando un poco más allá, afinando la vista entra la bruma, distinguimos la blanca cordillera pirenaica ... |
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... y siguiendo una media vuelta, apuntando a los dos primeros objetivos en la lejanía más cercana ... |
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... avanzamos en un interminable sube y baja por las suaves, verdes y redondeadas lomas entre puertos junto a los abismales canalizos ... |
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... pudiendo dominar en todo momento sobre el valle del Arakil y la más "amable" vertiente S de Aralar ... |
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... a la vez que intuimos, al otro lado, "el bocado" del Valle de Ergoiena ... |
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... y para cuando nos queremos percatar, hemos recorrido todas las elevaciones sin parar en el Amorro; que quedando para la vuelta, nos lanzamos en última pateada por los pastos sembrados de piedras del Portillo de Uharte ... |
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... plantandonos junto a la ermita de San Donato y San Cayetano,
la más alta de nuestra geografía y que por una noche será nuestra morada. |
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Ojeado "el hotelito" de pocos lujos, que poco más necesitamos, y aunque para contar las veces que la hemos pisado nos falta dedos y manos; hay que hacer la visita de rigor y nos acercamos al punto más alto de la sierra, Beriain (1494 m). |
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Con tiempo por delante hasta " la función final", buscamos cobijo junto a una pared de la ermita a la vez que la calidez del sol y echamos las posaderas en buen lugar , para disfrutar de la inesperada tranquilidad de estos altos, de la rica comida y de la mejor de las compañías. |
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Liderados por el brillo del astro, cuando empieza a atenuar levemente, ligeros como plumas vamos a la conquista en descenso de lo poco que queda de la verde meseta de Andia ... |
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... culminando en la vigésimo tercera y última cima
del reto #WINTERANDIA, Ihurbain (1416 m).
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Foto en la cima de Ihurbain (1416 m). Aitor, Yoli, Leyre y ☝️.
Foto Aitor y Yoli |
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Antes de comenzar el espectáculo de las últimas luces, tiramos "morro" abajo y nos asomamos a la espectacular brecha pendiente de repetir , PROMESA DE QUE ESTE AÑO NO PASA QUERIDO ...
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... "tomando asiento" junto a sus fauces para mirar a "la gran pantalla" de poniente, yendo primero de todo los ojos al inalcanzable cordal vasco del Aizkorri ... |
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... y sin pestañear contemplamos las bonitas luces del sol "de invierno"
escoltado por nubarrones, con el que parece que ya se acaba el día. |
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De vuelta "a casa", pensando en la cena caliente, entre poca luz y cada vez más penumbra; la madre tierra nos regala un escena extra con la impresionante salida de una luna redonda y brillante, que pone el broche a una jornada de altura. |
Recogidos en los aposentos de la ermita, desplegamos chiringuito en un ambiente frío, pero por lo menos a resguardo de los ruidosos vientos y las espesas nieblas que han invadido las alturas. Cuando se oye salir rugidos de lo más profundo de algun@, pasamos a la cocina y prendemos los fogones. Comida caliente "de batalla", acompañada con curados manjares cárnicos y postre improvisado con lo poco que queda a la luz de las velas: supone una velada montañera perfecta, que cuesta despedir.. pero que para antes de que sea la hora de encierro y el fresquito de la noche se apodere totalmente de nosotros, estamos recogidos en los sacos con la esperanza de poder ver un bonito amanecer.
La noche ,como de costumbre, da para opiniones varias, aunque la de pasar frío y descansar poco es la que impera. Por si eso es poco, nuestro mayor deseo de disfrutar de un bonito amanecer se va a ver frustrado por las nieblas que todavía siguen entre nosotros y directos nos sentamos a la mesa.. a por otro tipo de disfrute. Un "pozal" de calientes calorías, pone en funcionamiento la máquina mientras la niebla pasa de color gris oscuro a gris claro acompañado de fina lluvia. Una buena sonrisa por parte de la suerte, hace cesar el caer del agua para cuando tenemos la casa colgada de la espalda y nos disponemos ha abandonar la que ha sido nuestra gélida morada de vuelta a la calida que a veces se echa en falta por unos instantes, y luego se pasa 😜.
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Un mundo "tenebroso" domina todo sin intención de dar paso a otro más seductor ... |
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... e irremediablemente toca sumergirse en el infinito mar gris; retornando de nuevo por lo más alto del cordal, subiendo y bajando todas y cada una de las redondeadas elevaciones entre La Sakana y "el corazón" de la Sª de Andia ... |
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... teniendo algunas vistas hacia las bajuras desde los imponentes canalones de Andia ... |
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... dando esta vez si que si con el buzón de Amorro (1349 m), que ya habíamos pasado pero sin "pruebas". |
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Zanjadas la cuentas pendientes por las cumbres de Andía, en poco damos carpetazo al ambiente gris y con los cielos "entre Pinto y Valdemoro", ponemos rumbo descendente a la par del atractivo cresterío hacia el valle de Ollo ... |
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... donde concluimos la andanza con una compañía de categoría y una experiencia que precede a otras muchas grandes aventuras 😜. |
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Foto de Leyre |
🗻Del Rìo🗻
Bonita actividad, ¡y espectaculares fotos!
ResponderEliminarDisfrutamos de lo lindo =) de principio a fin, a pesar de ser zonas que tenemos conocidas de sobra.. pero siempre hay algo que te sorprende.
EliminarHola Oscar.
ResponderEliminarEnhorabuena por culminar el objetivo de las 23 cimas, que se dice pronto, pero ahí es nada. Veo que las predicciones se cumplieron. Las fotografías del atardecer y la luna, son fantásticas.
Yo llevo seis semanas parado por un esguince de tobillo, por lo menos hoy nos hemos despertado, con la noticia que nos abren las provincias y este fin de semana, ya podemos ir al pirineo, aleluya!.
Un saludo
Que tal Eduardo !!!
EliminarNosotr@s solo hicimos las tres ultimas cimas jajaj, l@s amig@s a quienes acompañabamos llevavan el resto a la espalda.. dos maquinas con botas y con lo que se pongan =)
El atardecer ya lo teniamos en mente de antes, pero la salida de la luna fue una sorpresa enorme jejej.
Ya veía que no tenias mucho movimiento últimamente con las publicaciones jej, espero que quede poco de recuperación y que puedas disfrutar por los demás de la abundante nieve que tenéis por pirineo.