"Territorio Eremua": Goitean

Dos findes consecutivos, con sus respectivas semanas.. largas como las que más; con un par de pequeñas excepciones, infiltrándonos en los días "reservados" a ric@s y jubilad@s, nos han tenido lejos de nuestro hábitat natural. Las ganas de volver se han ido desorbitando con cada día que pasaba y otras tantas ideas, de las que luego cuesta elegir, se iban agolpando en nuestras cabezas.

Mientras pasábamos la semana absortos en un paradisíaco oasis, rozando casi los mejores días de verano; una tal Lola ya había empezado a dar forma a su plan. Con las previsiones sobre la mesa, es clara su mala fe de interponerse en los nuestros del finde. Pero lejos de que por un momento pensemos en quedarnos bajo techo, seguimos adelante a por todo y más; añadiendo algún porsiacaso al equipaje.

Disfrutando hasta casi el limite de la calma que precede a la tormenta, el teléfono suena inesperadamente y en estos tiempos que corren.. te esperas todo, menos algo bueno. De sorpresa, "la pequeña delrioalmonte" se quiere animar a probar lo de correr por el monte y justo al día siguiente tenemos una bonita vuelta en mente, así que echamos nueva compañía. Viniendo de primeriza, nos pensamos un poco las cosas y cambiamos el plan. Con el día bueno dando los últimos coletazos, maquinamos algo más "asequible" para que empiece, disfrute y le coja el gustillo. Lo que nos hace decantarnos por volver, después de mucho tiempo, a los circuitos , hechos a capricho, de EREMUA. Seguido montamos mochilillas con lo mínimo para lo que dicen que podría caer y una vez los depósitos de las maquinas llenos, cada uno a su madriguera... que el temprano comienzo está cerca.

Antes que las tropas de dos ruedas empiecen su andadura por los asfaltos en busca de los puertos; estamos de camino por el valle de Esteribar bajo cielos grises. Sin rastro alguno de lluvia, ni pasada ni presente, recalamos en aquel castañal que nos traían de críos. Para ser tan temprano, que lo justo el sol se ha asentado, ya hay unos cuántos autos pero nadie a la vista. La soledad reina en las bajuras de Kintoa y solo irrumpiendo el silencio el canto mañanero de los pajarillos nos situamos en el punto de salida y nos ponemos al lío cuanto antes, que las lluvias si pueden venir en un futuro.

Tan suave como breve, por la pista de Burdindogi nos adentramos
 en territorio Eremua; alejándonos del recién nacido cauce del Arga
y  en cuanto nos alzamos sobre la cantera, empieza "lo bueno".

Cojiendo la perfecta traza de la senda "Sugea", avanzamos dando todo lo que tenemos en continua y zigzagueante subida, sin apenas exigencia, por las solitarias laderas de la vaguada de Zuriain ...

... envueltos por verdes y grandes hayas ... Foto de Leyre

... pudiendo intuir, tras largo rato de solo troncos y ramas, el panorama hacia las aguas de Eugi y su entorno montañoso ...

... lo que deja poca distracción y rápidos, aunque algun@s sobre ruedas van más, acabamos de subir por "las estribaciones mediterráneas" de Goitean...

... apareciendo en la GR 322 ,en el arbolado collado entre esta y Burdindogi.

Tirando de sensatez y sabiendo que va a ser de agradecer; relegamos al Burdindogi, que queda medio oculto en la espesura del bosque ...

... y continuamos por el serpenteante camino de Eremua, ganando el último repecho por la divisoria de aguas, mientras sobre nuestras cabezas se va disipando el color verde de las hayas y coje fuerza el gris de un cielo amenazante ...

...bajo el que coronamos la cima de Goitean (1232 m), justo cuando los de sobre dos ruedas están por salir a gozar cuesta abajo.

Leyre, ☝️ y Beatriz en lo alto de Goitean ( 1232 m).

Un desayuno frío y escueto acompañado de soledad por unos momentos en las alturas, nos vale para recobrar las energías gastadas y a la vez disfrutar de un panorama hacia lo profundo del Pirineo, que uno caliente y sentado en cómoda silla no nos daría.

Antes de quedarnos fríos y que el cuerpo se relaje demasiado; nos lanzamos cuesta abajo de nuevo por los trazos de Sugea y Mirador de Eugi, sorteando a varias cuadrillas sobre ruedas ...

... y en la confluencia de caminos cercana a la cima de Leate, en soledad otra vez; nos desviamos por el tieso y divertido sendero de Carboneras, descendiendo pies en polvorosa entre las hayas de vuelta al castañal de Burdindogi aun con casi todo el día por delante. Foto de Leyre

🗻Del Rìo🗻