Después de calentar por lo que en Alpes podríamos llamar cotas medias, nos viene la gran actividad alpina.. La Meije, montarrón que te deja prendado nada más verlo y sin llegar cualquiera de sus cimas a 4000m tienen más "miga" que muchos con esa cifra tan codiciada por estos lares. Todavía con bastantes horas de luz por delante, comenzamos el ritual de preparativos haciendo lo imposible para no distraernos con las vistas que nos rodean. Primero es el turno de cuerpo con buenos y abundantes alimentos, al que le sigue un pequeño rato de seguir a los fuegos y preparar la comida para dos largas y duras jornadas. Le sigue el juego de cargar las mochilas con toda la pesada parafernalia, la comida y mucho más que mucha agua que por esas alturas no tienen ni grifos; rematando todo con el último repaso, con los nervios a flor de piel como antes de un examen importante, a mapa y reseñas. Asimilada la nueva rutina horaria y con tarea potente por delante en el día de mañana, corremos las cortinas cuando aún brilla luz en el horizonte y el reloj empieza la cuenta atrás.
Siendo imposible dormir hasta que toquen a diana, movemos antes de lo previsto. Recogemos "el cuarto", vestimos elegantes y tras un desayuno digno de la mesa de reyes medievales por lo menos en cantidad, aunque igual también en calidad; enfundamos las duras botas, quedando list@s para la acción. En corto paseíto sobre ruedas, nos alejamos del asfalto ruidoso y muy rodado, adentrándonos en un verde valle en que solo se oye el correr del agua y lo presiden las mismas grandes montañas que de donde venimos. Pillamos hueco en un concurrido parking se nota que es último día de finde y los que serán menos afortunad@s en un futuro próximo están exprimiéndolo por las alturas . Sacamos los mochilones, los cargamos un poco más con cuerda y piolet; siguiendo ese duro momento de echarlo todo a la chepa y partir a la conquista.
Ni tan siquiera asomando nuestro destino entre las moles que se alzan frente a nosotr@s ... |
... dejando a nuestros pies el valle que dibuja el rio La Romanche y en su otra orilla la reserva natural des Pics de Combeynot, panorama que nos deleita la vista en una paradita en el Passe du Midi. |
...entre pinceladas de verdes pastos, "aderezados" con rocas, a la par de los muros que nos separan del glaciar de la Seille-Vieille ... Foto de Leyre |
... contemplando hacia el lado contrario la Aiguille du Goléon y su "séquito" ... |
... mientras bajo nuestr@s pies el terreno va perdiendo el vivo colorido alpino ... |
... hasta vernos bajo el muro que nos separa del "piso" que alberga los últimos heleros del glaciar du Bec. |
Quedando muy abajo de Villar-d'Arêne y las rampas que caen del coll de Lauteret, atravesamos zonas agradecidas y de equilibrismo sobre piedras y paposos neveros ... Foto de Leyre |
... acabando por trepar fácilmente , guiados por más puntos rojos, la rota y facil vertiente oriental del cordal de L'Homme; saliendo al pequeño Col du Bec. Foto de Leyre |
Dominando sobre el glaciar du Tabuchet y mirando con ganas a las agrestes cumbres de La Meije ... |
... a la vez que tenemos vistas del valle de La Grave, la zona du Goléon y las blanqueadas alturas de Alpe d' Huez ... |
... encontrando en poco la equipada vira de Amieux. |
... hasta que pisamos tierra firme al lado del refugio de L' Aigle y la tarea ve su final. |
Con una mezcla de hambre con cansancio entramos al pequeño refugio. Una vez quitados hierros y dado el placer a los pies de un calzado confortable, entramos a la única sala que aúna dormitorio, comedor y salón. Una vez hechos los trámites con la guarda y negociado un revitalizante plato de pasta, después de husmear los casi 360º del refugio; nos acomodamos y desplegamos el chiringuito para buena comida tardía, sumando una cabezada a destiempo. Poco más de media hora y llaman a la cena a l@s cuatro con quiénes compartimos refugio, no tardando en seguir el ejemplo y cenar cuando casi estamos terminando de saborear la comida.
Repuesto lo gastado, llega el momento de valorar la situación y más cuando tenemos el parte de meteo definitivo. Una primera parte de la mañana pinta idílica, para ir tornándose en "Mordor" aliñado con tormentas y agua. Tal y como estamos, sabemos que si intentamos cualquiera de las dos cimas que tenemos sobre la mesa, es más que probable que nos pille el marrón y quedarse una segunda noche en el refugio tampoco es una opción, porque lo malo viene para quedarse. Vueltas y más vueltas nos da la cabeza, hasta que con rabia vemos que la mejor opción es la que menos nos gusta. Tomada la decisión, alegramos la situación por un momento con las bonitas últimas luces del día y zanjamos el día de "capa caída".
Una pésima noche, pero tranquila en cuanto a canticos se pasa volando y de coincidencia suenan los despertadores a la vez. Instantes más tarde que el fuerte cuarteto, que se lanzan al ataque de la Meije, movilizamos del catre. Dejado todo como si no hubiéramos pasado por allí, rehacemos mochilas con tranquilidad para la retirada.
Un desayuno frio y escueto, precede al momento de ponerse de nuevo las botas y la cacharrería; terminando en el momento justo para ver salir el sol en el horizonte y tomarlo como el pistoletazo de salida en una contrarreloj contra la meteo.
En la orilla del islote de L' Aigle tan solo viendo la luz del sol pero sin sentir su calidez nos encordamos y equipamos. Admirando el impresionante panorama alpino de La Meije una última vez ... Foto de Leyre |
Según lo predicho, lo malo no tarda en acechar y apoderarse de las alturas que nos rodean; provocando que la paradita sin prisa, no dure demasiado ... |
Del Rìo
Aunque no pudisteis completar la actividad, con buen criterio, tiene mérito hasta la ascensión al refugio. ¡Buen reportaje!
ResponderEliminarLa verdad que solo llegar al refugio ya tenia su miga y el entorno que nos acompaño todo el recorrido era un espectaculo. Tan solo nos falto la guinda jejej
EliminarÁnimo, si siempre se hiciera cima sería aburrido no? Tu relato es un calco exacto de nuestro intento al Cervino la semana pasada…con caida en grieta incluida!!saludos
ResponderEliminarPues si, esto es como un "juego" y unas veces se "gana" y otras se "pierde". Ahi esta unas de las muchas emociones de esto ejje. Joe vaya pena lo vuestro del Cervino y más vale que lo de la grieta solo quedo en susto. Animo y a por la siguiente ;)
EliminarSaludos y gracias por la visita al blog
Hola Oscar.
ResponderEliminarBueno, hacer cima hubiera sido ponerle la guinda al pastel, pero hay que quedarse siempre con la bueno, que, en esta ocasión fue mucho. Muy guapa toda la ascensión, con ese susto, que por suerte, se quedo solo en eso.
Salud y montaña
Siempre es una pena no poder llegar, pero hay que quedarse con lo bueno de la experiencia. Llegar a ese refugio por alla arriba perdidos fue una pasada jeje y el susto ya casi nos lo esperábamos tal y como estaba el glaciar en los primeros pasos que dimos.
EliminarSaludos y gracias por tus comentarios :)