Lunes y entramos en la recta final de la peor forma posible. Fiebres, dolores...así es imposible ni llegar a ponerte en la línea de salida y tirar la toalla parece lo suyo, aunque las ganas digan lo contrario. La semana sigue su curso y de un día para otra la mejora es notable. Otro más y parece que aquí no ha pasado nada, pero no es momento de confiarse y siguen los chutes de intenso "sofing" mientras una pequeña esperanza empieza a pensar.. y POR QUE NO?? A falta del último día, "la prueba de fuego" va bien y al volver a casa la decisión está tomada. Rápido dejo lo mínimo que toca llevar preparado y con breve viaje en el tiempo hacia adelante por ahora llega el día de la Basajaun Trail.
Montándose el gran escenario que es el mundo aún con la luz apagada, nos plantamos en las faldas de la Sª de Lokiz, en el pueblito de Galdeano, que de su tranquilidad habitual hoy es puro jaleo. En cuanto pongo un pie a tierra, casi caliento en lo que voy a buscar el dorsal y mientras las primeras luces colorean el horizonte me termino de preparar. A falta de minutos me pongo por la zona de salida. Los nervios, como es costumbre, salen a flor de piel y en esta ocasión no teniéndolas todas conmigo todavía más.. pero para cuándo me lo quiero pensar, "tiran el cohete" y me pongo delante del recorrido largo de la Basajaun Trail.
Igual que balas dejamos atrás las calles junto a los ánimos del público y en cuanto se pone tieso, el pelotón se estira. Poliki poliki, sintiendo que el cuerpo no esta en total plenitud y guardando balas para cuando más falta hagan, llegó a las alturas de Lokiz entre estruendosos toques de un cuerno y con el sol queriendo asomar tras la vecina Sª de Urbasa. Sin dejar a las patas acostumbrarse a la cuesta arriba, viene la primera para abajo. Estrecha senda, piedra, bojes, encinas y buenas pendientes. Algún paso de ir despacio y no mirar para abajo. Y tras casi 500 m, a la vez que algun gradito, de bajada; aparezco en las cercanías de la cueva de Basaula.
Ya entrado en tema, se presenta el plato fuerte del día. Neblina de la inversión térmica en las bajuras del Urederra y soledad combinada con absoluto silencio entre el denso encinar me llevan, sudando cada paso y cada metro, de vuelta a la altiplanicie de Lokiz y a un poco pero muy poco y a su vez necesario de vicio en el avituallamiento. Sin demora continuo, que el reloj no se para ha avituallar. Un tramo que invita a dar rienda suelta a las patas, precede a un poco más de subidita entre salvajes y perdidos parajes para seguido bajar y bajar y no parar de bajar, mientras en mi cabeza no para de sonar: PERO YA VALE!!! QUE TODO LO QUE SE BAJA DESPUÉS HAY QUE SUBIRLO!!! Por largo en subida y alguna bajadita que da breves momentos de tregua que no se nota demasiado y a pleno sol que a esta horas agrada, recorro la planicie de Lokiz invadida por bajos arbustos y paso el ecuador de la carrera. Hasta aquí que sumaba kilómetros, cambio a ir restando hacia el final y me encuentro al poco con zona conocida. Buenas sensaciones cogen los mandos y "volando" tema que luego pagare más adelante?? desde la ermita de Santiago de Lokiz paso por el ojo de Ollobarren, periferias del pueblo homónimo y recaigo en Ganuza, donde Leyre y la familia me reciben.
Hago la parada larga según quien lo mire corta y quizá para otr@s muy larga, "reposto" bien para lo que queda y antes de que las piernas se relajen.. salgo de nuevo al ruedo.
Último "empacho" de desnivel y cronometrado, tema que "no me quita el sueño", subo a mi ritmo el bco. de Zologorri que parece eterno y donde algun@ sufre las consecuencias de ese punto critico de una maratón. Las piernas me quieren empezar a pesar y aguantando lo mío llego entero a Sartzaleta.
En la primera sombra que pillo, me hago a un lado. Reacomodo los pies en las zapatillas, aprieto cordones y para adelante. Del puerto de Aramendia, tiro en picado por gravera y caminos al comienzo de la última rampa en mitad de las soleadas laderas de Lokiz. Un trago de agua , un chute de azúcar y al lío. Con cada metro que sumó, el siguiente cuesta un pelín más y así sucesivamente hasta dar por cuarta vez a lo alto de la sierra, pensando que la cosa acaba ahí. Pronto la realidad me "golpea" y me veo yendo un poco más arriba, a la Ermita de San Cosme. Bocado rápido y rumbo a meta.
Bajo por un hayedo y mientras cruzo unas verdes campas, echo un cable a un compañero con calambres y engancho el camino de Galdeano. Recta final. Sobre donde fueron los primeros pasos, unos fatídicos pasos cuando no daba un duro por terminar, arreo para abajo fresco como lechuga hasta ponerse delante de los ojos las casas de Galdeano y ya pensando en el final.. SORPRESA. Revuelta aderezada con un poco de cuesta y ya de verdad de la buena ...
Fotos de Leyre y Charo
15 oct22
🗻Del Rio🗻
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