jueves, 6 de octubre de 2022

Curavacas (2524 m) por el Callejo Grande

El otoño irrumpe con fuerza y ambiente nuevo, de fresco y lluvias en plena semana. Pero el cambio no dura demasiado, lo que a priori no afecta en exceso ni para "mal" al personal en general aunque lo hubiese hecho tampoco habría importado demasiado, siempre hay alternativas y nos da vía libre para poner en marcha casi cualquier plan para echar el fin de semana Compromisos, carrera.. se vienen a quitar parte de libertad en los próximos y barajamos las opciones que de entre tantas y tantas menos queremos tardar en tachar. Uno lo tiene claro, dado el momento en que estamos, pero tiene delante la tarea de vender lo mejor posible el destino y aunque no resulta facil.. acabamos preparando el petate con abrigo grueso para dejarnos caer por la montaña palentina cuando la noche del viernes ya envuelve estas altivas tierras de la meseta norte.

Frío de más del que habían dicho, nos da los buenos días en las cercanías de una cumbre emblemática de la montaña palentina.  Irremediablemente, el cuerpo pide un trago caliente para reanimarse y con ayuda de los primeros rayos de sol nos ponemos en marcha hacia el pequeño pueblo de Vidrieros. 
De camino viendo brillar esa montaña con un color especial, también nos vemos a nosotros mismos con no todas las fuerzas que acostumbramos unos días se tienen buenos y otros mejores. Sopesando los planes A y B, ambos quedan para una futura visita y nos decantamos por el C, que también tiene su "gracia" a pesar de ser el camino más normal a la cumbre del Curavacas. Bastantes más coches de los que podría esperarse ocupan el parking de las afueras del pueblo, pero sin problema damos con un hueco y se acabó lo cómodo y descansado de la mañana. No perdiendo un segundo de más, salimos a estos parajes salvajes y nos ponemos en marcha cada cual con sus propias intenciones por un lado conocer un sitio nuevo y por otro llegar a cima consiguiendo disfrutarla junto a sus vistas.

A la que abandonamos las callejas de Vidrieros y nos adentramos entre los
 tranquilos prados del valle de Valdenieva con la berrea de fondo, la verdosa
 mole del Curavacas inunda el panorama mientras llaneamos por poco y
 buen camino hasta un cruce que nos enfila directos hacia ella.
Pasados unos instantes embelesad@s; un robledal,
que quiere empezar a teñirse de otoño, nos arropa
a la par del pequeño arroyo de Cabriles ...
... y sobre un suelo al que no le falta "colorido"...
... ni tampoco rocas de todos los tamaños y trabajadas por el
agua; avanzamos saltando y haciendo equilibrios sobre ellas
 para ir ganando las suaves cuestas sin pérdida entre unas
cuantas personas con las mismas intenciones ...
... hasta salir a la majada de Cabriles, a los pies del mismo Curavacas
 y dejando a la espalda las bajuras de la Montaña Palentina.
Entrados en calor y sabiendo lo que hay por delante, nos ponemos acordes
 a la situación  
mangas cortas, bastón, fuerzas de cada cm del cuerpo y paciencia y tiramos hacia arriba
con buen ritmo, por una pedregosa senda que se va para abajo a cada
paso, entre los perfectos pasillos de escobas y brezos de las laderas
 SW del alto de El Hospital ...
... contemplando por detrás las tierras del valle del río Carrión
y las alturas más modestas y meridionales de la Montaña Palentina ...
... consiguiendo, después de casi la mitad del desnivel,
 plantarnos en la boca del Callejo Grande.
Detenidos en buen sitio para sentarse, siguiendo el ejemplo
 de los buitres que sobrevuelan sobre nuestras cabezas, reponemos
 fuerzas que falta nos van hacer y sin tardanza volvemos manos a la obra.
Paredones de conglomerado y enormes canalizos nos rodean en el tieso
 callejo grande; por el que vamos zigzagueando sobre una pisadísima
senda entre hierbas y rocas a la vez que peleamos cada metro de
desnivel con su firme inestable y con tendencia a irse para abajo ...
... acompañad@s de montañer@s de l@s de verdad, que saludan y hablan ,
de los habitantes 
con cornamenta de estos agrestes lares ...
... y de un momento que había cuatro nubes,
se nos echan encima unos grises estratos ...
... que cubren por completo las zonas altas y a pesar de que uno teme
que la historia se vuelva a repetir, no desistimos y continuamos pateando
tieso por la canal; afrontando un último tramo de trepadas fáciles pero con roca pulida y algo
 húmeda
 ,donde abunda el trafico y el peligro de que caigan piedras pero reluciendo
 el máximo respeto de quienes subimos y quiénes bajan hasta tal punto
que casi no vamos ni un@s ni otr@s, ...
... para salir de la vertical al portillo del Callejo Grande,
pensando: LO PEOR YA ESTA HECHO y recibiendo buenas
noticias de un veterano.. que todavía podremos
disfrutar de algo de panorama desde arriba.
Foto de Leyre
Una estrecha brecha nos lleva a la cara "fría" de la montaña,
bajando cauteloso@s escasos metros sobre piedras mojadas
y echando algo de manos por pequeño  murete, dando a la zona
 conocida como Llana; con la cima a tiro piedra y una cuesta más.
Viendo unos blanqueados Picos de Europa ,otras cumbres más septentrionales del Parque Natural de fuentes Carrionas y fuente del Cobre y las multicolores tierras que se extienden desde la vertiente N de "la montaña verde palentina" ...
... bajo cielos cada vez más grisáceos echamos el resto y ganamos altura
por un pedregoso camino entre restos de las primeras nieves caídas estos
 días de atrás y mientras pensamos que el desechar los planes
 iniciales a sido un acierto no intencionado
ahora que sabemos las condiciones de la zona  ...
... nos presentamos, con solo una pareja por ahí,
 en la cima del Curavacas (2524 m).
Foto de rigor en la cima del Curavacas (2524 m).

Como hay poco que mirar, tranquil@s nos sentamos a un lado de la cima
 y en cuanto estamos "encebollados" con ropajes, de la mochila sacamos
 los manjares. Barra de pan y unos ricos filetes con pimientos,
nos deshacen en delicias como hacia tiempo que no ocurría ...
... y cuando después de rato, sacamos algo dulce
 para poner la guinda.. las nubes se van poco a 
poco, permitiendo descubrir casi todo lo que faltaba.
Bajo nuestros pies no ha desaparecido un instante el azulado
pozo del Curavacas ni la parte más baja de las laderas
 del valle de Fuentes Carrionas ...
... pero los ojos se van a lo que va apareciendo y sobre ello vuelven a medio asomar los blancos Picos de Europa ...
... hasta que hacía el W de entre las nubes emerge otra
de las grandes moles palentinas, el Espigüete y tras él
,adornando el fondo, algunas montañas de León ...
... terminando por limpiar la escena, a excepción del S, cuando ya casi es momento
 de partir y con una ojeada a los futuribles más cercanos 
y esperemos que también lo sean en el tiempo
.. clavamos la mira de nuevo en el fondo del valle de Pineda.

Foto de Leyre
Dejando arriba al grueso de gente, sobre las mismas pisadas
que de subida y apurando algún resbalón sobre el húmedo
firme, encaramos hacia las bajuras que primero recorren
 las aguas del Carrión y con toda cautela atravesamos los
pasos de roca hasta volver al angosto portillo del Callejo Grande. 
Apuntando al final 1000 m por debajo y sin dejar a la cabeza
que "vuele" al pincho con refrigerio del bar del pueblo,
 destrepamos sol@s y cuidadosos esos divertidos metros de roca ...
... metiéndonos en lo que era "el tomate" del Callejo grande; donde dejándonos
 llevar por la pendiente y "surfeando" por el extenso canchal, perdemos altura sin
 contemplaciones y disfrute hasta vernos engullidos por los matorrales de la majada
 de Cabriles; que sin quitarnos impulso, nos lleva a seguir por los otoñales parajes 
de las faldas del Curavacas a zanjar está "conquista" exprés y alternativa,
 pero "clasica", por la montaña Palentina.

Foto de Leyre
1 oct'22
🗻Del Rìo🗻

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