domingo, 6 de noviembre de 2022

Montserrat360

Buen tiempo y puente son un cocktail explosivo. Que tiene como consecuencia un éxodo masivo. Por si el "regalito" de estos últimos días de Octubre fuera poco; por cosas del destino, citas y temas de no acabar desheredado aunque igual entre tantas veces de preocuparse en estos años ya no haya remedio, hacen que mi idea de pillar la delantera se vea frustrada. Así, irremediablemente toca amoldar el planning a lo que hay; armarse de paciencia, ir con tranquilidad y llegar a destino.

Los atascos empiezan sin apenas salir de casa o tocar carretera, en la misma gasolinera como si regalasen "el caldo". De ahí todo listo y pongo rumbo E, hacia tierras catalanas conmigo mismo de único acompañante. Conforme la luz del día va a menos, también lo hace la distancia del viaje que tras más de la mitad sin saber si estaba aquí o allá pero seguro de ir bien.. consigo llegar, en el oscuro comienzo del día siguiente, a los pies del llamativo e imponente Macizo de Montserrat. Primer escenario de esta nueva aventura en solitario.
Pocas horas después, aún sin encenderse el día, me pongo en movimiento. Buen desayuno casero, rematar y repasar el equipaje, "ponerse guapo" para la ocasión y para cuando tengo previsto plegar, el cielo ya está bien colorido. Con apenas tráfico y embobado por los paredones, subo hacia el recóndito monasterio de Montserrat. Entro en su parking y sorpresa.. para lo pronto que es, hay más gentío del que me esperaba. Rápido engancho la mochila y doy comienzo a la ruta de MONSERRAT360.

Como alma que lleva el diablo me alejo del jaleo que se va "cociendo" en
la zona del Monasterio por el camino
casi autopista de San Miquel, mientras
dando la espalda a la estampa más llamativa y característica de estas
montañas voy ganando altura por la PR C-19 sobre la cuenca del Llobregat
 y viendo cómo un bonito día se va asentando hasta que doy al extremo
 más oriental del macizo de Montserrat.
Radical cambio la dirección. Apuntando a esas variadas y caóticas alturas, de las
 que es imposible no quedar prendado aunque solo sea por un instante, sigo
subiendo por el terreno demasiado civilizado de la Serra Llarga y acabo por
darme de morros con otra dosis de gritos en la llegada del funicular.
Despavorido continuo por el camino de las tres ermitas
bajo los primeros paredones, por los que algun@s ya
están escalando, pasando por la ermita
de San Joan enclavada en un solitario espolón ...
... y pegándome seguido a la pared meridional
 de La Magdalena; la bordeó colgado por
 las mimetizadas ruinas de Sant Onofre.
Tras un estrecho pasaje en la ermita a la par de la caída,
 subo por una empinadas escaleras rocosas
y me adentro en dominios más naturales ...
... desviándome a lo que queda de
la última ermita, la de Sta. Magdalena, ...
... y llegando un poco más allá a lo alto del mirador, donde por un apacible
y corto rato admiro por primera vez la belleza vertical que me rodea.
Volviendo al buen camino, otras escaleras en la vertiente
contraria me asoman de nuevo hacia el monasterio ...
... para después de asomarme a otro mirador, con vistas de la vertiente Sur
 y las agujas que se alzan sobre El Bruc ...
... mirando y apuntando allá lejos, a la gran cima de Montserrat
 acompañada de unas feas pero inconfundibles antenas ...
... avanzo sin grandes esfuerzos, ni mucha compañía o perdida por el camino nuevo de Sant Jeroni entre densa vegetación mediterránea y algunas formaciones montserratinas ...
... hasta terminar el "peregrinaje", frente a la ermita
de Sant Jeroni y a los pies de su cumbre.
Haciendo un esfuerzo más a la vez que esquivo
 al gentío que sube y baja, gano los últimos e insulsos
metros por rampas y escaleras hasta tocar el techo
 del macizo..  Sant Jeroni (1237 m).
A pesar de la poca tranquilidad que se podría desear en las alturas.. me siento y abstraído en mi mundo, admiro las verticales formaciones de Los Ecos mientras tomo un suculento e inusual bocado  casi del nivel de los de trainera de pan con chorizo
Despidiéndome de los lares más turísticos de estas montañas,
abandono Sant Jeroni. Lo justo engancho el recorrido que me hace
 avanzar , me tiro hacia unas redondeadas paredes de terreno
 de conglomerado que con un pequeño murete ...
... me llevan al alto de L' Albarda Castellana(1177 m), desde el que se
ve como no para de llegar más y más gente a la vecina y gran cumbre.
Yendo con la idea de adentrarme en ese territorio
 más salvaje y solitario de Montserrat; veo una segunda
cota en L' Albarda y tras poner un pie en ella ...
... arropado por la espesa vegetación mediterránea de los parajes
 de "El camello" bajo , bajo y no paro de bajar; salvo alguna cuesta
 arriba que pica y rompe la monotonía de esta zona con gran encanto ...
... y en soledad pero con agradables melodías de l@s
 autocton@s, pasado cerca del Portell de Migdia ...
... a la vez que entro a la zona de Els Ecos, afronto la angosta y tiesa que no vertical 
canal de la Salamandra; encogiéndome por los costados y echando las manos
 para subir esos divertidos metros de pulido conglomerado ...
... saliendo al pequeño coll del Montgròs y en nuevo paréntesis a la vuelta, con cuatro pasos sobre disimulada pendiente,  conquisto la cima del Montgròs (1133 m).
A un lado contempló todo lo que llevo recorrido del serrado macizo ...
... y al otro lo que todavía queda , que no es poco y para lo que necesito poner "más leña en el fuego" después de alargarse el tiempo para conseguir llegar aquí.
La diversión todavía no a visto su fin y a penas he dejado
 atrás la tercera cima de la vuelta me meto con el paso
de la Roca plana Dels Llamps, subo un murete tumbado
de buen conglomerado y trepo en oposición una
 estrechísima chimenea de pulido conglomerado...
... para entre Els Ecos de La esfinge, el Cilindro, la
 Bella y un sin fin más de "pingonetes" ...
... seguir con los pies en la tierra y a toda mecha
por sinuosa y rompe piernas senda envuelto entre
 espeso verdor, torrentes balmas y pasos hacia imponentes
 canales; llegando al Coll del Miracle.
Horas demasiado tempranas, me permiten darme el lujo de sentarme
en una piedra y empaparme de la paz que reina entre estas afiladas
moles montserratinas.. pero sin acomodarse demasiado, remato
cómodamente el pateó por el Pas del Princep al punto y final de la etapa Sur.

Justo para el café y si me apuras los restos del postre, me presento en el refugio de les Agulles. El que será mi dulce y privilegiado hogar por una noche, a pesar de sus justas comodidades. Una vez asentado y puesto en ropa cómoda, busco buen lugar o por lo menos uno que me guste. Disfrutando del lugar, de las vistas dejo pasar las horas y tras el juego entre las últimas luces del día y las nubes da la hora de cenar.
Algo calentito para empezar y consistentes platos más postre después, la jornada va dando sus últimos coletazos. Con un rato de tomar la fresca y ver como las faldas de Monserrat son engullidas por las nubes y sobre ellas domina una anaranjada luna creciente, es momento de bajar la persiana.

Dudando a ratos sí y a ratos también, si en vez de estar en la habitación estaba en la guarida de un enorme oso.. la noche pasa, los cimientos del refugio han aguantado los ronquidos y el día va poco a poco desperezándose tras las Agulles del Montserrat más occidental. Recogido todo y de nuevo puesto en planta, bajo al desayuno cuando la mayoría todavía plancha las orejas. En la mejor terraza que uno puede esperar, oteando las verticales agujas y moles montserratinas, doy con buen festín y a primera hora de la jornada.. prendo la mecha a la segunda y última etapa de la vuelta de Montserrat.

Copiando los pasos de un grupo de veteranos vuelvo al terreno de juego
casi casi para el estreno. Navegando por lo que resta de la zona "amable"
de Les Agulles mientras dejó atrás el coqueto refugio Vicenç Barbé ...
... me toca atravesar, casi sin haber entrado
en materia, el rocoso paso de la Portella ...
... cayendo al collado de Guirló, donde se presenta la
vertiente N de Montserrat y el "mar" del Llobregat.
Con la misma filosofía que el día anterior, de escudriñar cada rincón.. paso del camino que me manda hacia el monasterio y en dirección contraria subo a las ruinas de Sant Pau Vell y a la pequeña tachuela del Castell de la Guàrdia , dominando sobre "la otra cara".
Desenganchando del espectáculo de nubes bajas que se extiende
 en las bajuras, retomo el camino en el último collado y faldeo sin
 esfuerzos el lado sombrío de las verticales Agulles por la GR 172; pero
no tarde en descarriarme otra vez, arreando por tiesa senda de terreno suelto
 con mucho "turista de montaña" y tras una sucia rampa de apoyar manos ...
... me planto ante la Roca Foradada.. una obra de arte de la naturaleza , aderezada
 está ocasión con el bonito fondo nuboso. UN ESPECTÁCULO que cuesta despedir.
Otra vez de vuelta, bajo el imponente Morro de Gos ...
... cambiando el ruidoso ambiente de ese emblemático
lugar, por uno más solitario y salvaje donde los habitantes
 de estos lares campan a sus anchas ...
... a los pies de los paredones de conglomerado
 de Els Frares Encantats ...
... avanzo pateando a velocidad de crucero envuelto por el verde y espeso
 bosque mediterráneo siguiendo el rastro de marcas rojiblancas por buen
 sendero, en un continuo sube-baja dejando pasar mil y un senderos que
 se adentran entre las agujas y paredes ...
... y cuando el camino "se envalentona" para abajo;
sigo en "picado" por apenas unos cientos de metros,
con algun paso de cadenas y escaleras de piedra,
por el frescor de las canales de Miracle y de Font del Llum ...
... continuando por la grande de Sant Jeroni, a desembocar en
el Monasterio de Santa Cecilia donde volviendo la mirada
atrás uno se siente tan poca cosa ante semejantes moles.
Marcando el reloj media mañana me aparto de la cercanía
a la carretera y de su más que seguro ruido, mientras
recorriendo un trozo más de la GR busco un lugar
 agradable. El primero no me va muy bien, el segundo ya
está ocupado pero.. en el que siempre va la vencida, me doy
una dosis de soledad apacible y "jala" con vistas hacia el N,
quizá oteando el futuro destino.
Oliendo a "colorín colorado", sigo por el periférico paseo
bajo un sol abrasador y vigilado por El Elefante, La Momia
y su vertical vecindario ; pasando de largo el Pla de la Trinitat ...
... y volviendo a ver el Monasterio de Montserrat,
sintiendo y oyendo a la marea de gente que lo aborda,
llegó al lado de las ruinas de Santa Anna.
Poco de monte , por no decir que nada, me separa del final.
Adentrándome entre las corrientes de gente que van y vienen,
bajo como una bala por el pas Dels Francesos
y poniendo un pie en suelo santo.. doy fin
a la vuelta 360 a las mágicas montañas de Montserrat.
29 y 30 octubre '22
Del Rìo

2 comentarios:

  1. Hola Oscar,

    Siempre que vamos a la Costa Brava, me quedo embelesado viendo el Macizo de Montserrat.

    Alguna vez he mirado algún recorrido por la zona, pero, desconocía que existía una recorrido, que daba la vuelta al macizo.

    Estando tan cerca de Barcelona, no me extraña que hubiera gente hasta de noche, pero como sucede en otros lugares concurridos, en cuanto te alejas de las zonas más conocidas, siempre existen rincones, de los que disfrutar en soledad o con poca gente.

    Una vuelta bien chula, sin duda, a tener en cuenta, aunque mejor sin ronquidos 🤣.

    Salud y montaña.

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    1. Que tal Eduardo!! No me extraña jeje es que es llamativo lo mires por donde lo mires. Yo me entere este año trasteando por las redes sociales y en cuanto he pillado hueco he aprovechado, y la verdad que es un recorrido que merece mucho la pena.
      A mi como digo después de Sant Jeroni y hasta el refugio la zona mas mágica y divertida. Esa no tiene desperdicio aunque sea para hacer en un día :) maquinando alguna circular igual desde El Bruc.

      Jaja lo de los ronquidos es como una loteria pero al reves. A veces no toca y pero casi siempre si :P

      Saludos y mucho monte, dentro de poco blanquito :P

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