Vuelta Esquí de Montaña al Espelunciecha

Al amanecer lo normal es que cante el gallo, pero en nuestro caso lo que canta es el cuerpo. Que alegre todavía, nos hace saber que "tiene cuerda" ..así que no se hable más y a repetir. Levantamos del catre y en eso que nos cuesta medio "encebollarnos" para un cálido día entre las blancas alturas, perdemos el calor. Tras recuperar algo con una taza humeante, nos echamos a la calle y tiramos al valle de Tena mientras un bonito día se asienta.

Entre cochazos nos presentamos en Formigal. Subimos hasta Anayet sin esfuerzo 😜 al parking, no al pico y en lo mejor no lo más cercano, sino donde pega el solecito nos afincamos. Desplegamos "txiringuito" y re-desayunamos. Después de llenar un poco más el buche, enfundamos botas y demás parafernalias para el fresquillo. Ponemos mochilas, olvidamos de hacer algo importante y cargando esquís cual minero con su pico, al blanco lío de nuevo.

Rico solete nos acompaña en los primeros pasos por un lado de las pocas pistas abiertas de Formigal sobre las que va más de un@ al que no le puedes quitar el ojo por si se te abalanza cual misil; dejando a la zaga la impresionante estampa de los tresmiles más occidentales del pirineo y aledaños, vamos subiendo lo más tocho del desnivel de buenas a primeras por las  lomas de Garmet rumbo a Francia hasta que delante se nos aparece la cerrada, pero aún asi trillada, zona de La Glera.

Abandonando lo cómodo y también lo más feo vamos en soledad abriendo huella sobre una nieve de "deshacerse" y que nos hace unos zuecos de categoría a la par de las faldas del muro que nos separa del valle de Portalet  ...
Foto de Leyre

... encontrando a otra cuadrilla de esquiadores y la cabaña
  de La Glera sin posibilidad a "enredarse", solo quedando
 la opción de seguir adelante. Como si se nos hubiese
 pasado por la cabeza lo otro 😜.

Continuando hacia la mole del Espelunciecha Oriental ...

... enganchamos un marcado carril entre blanco sembrado de rocas ocultas y desviándonos de ir hacia el bco de Culivillas, bajo intenso sol de invierno remontamos apenas un centenar de metros por el estrecho barranco de Espelunciecha ...

... saliendo al paso con vistas hacia el Midi d'Ossau y las alturas de Canal Roya-Portalet ...

... echando la mira de seguido hacia el corredor N
de Espelunciecha, por el que algun@s ya bajan esquiando.

"Bicheando" entre enormes bloques y afeitando incluso
alguna de las focas con piedras más pequeñas, nos aproximamos
 a la N de nuestro objetivo y sin dar respiro, zeteamos
las tiesas y "empolvadas" laderas  a la boca del corredor ...

... donde descalzamos las tablas, rapid@s sacamos un hierro para las manos
 y armándonos de fuerzas con sobre todo paciencia; abrimos primero una zanja
 para entrar a la línea y ,apretando las tuercas junto a ir sacando humo de los
gemelos, ganar altura cubiertos de lo blanco hasta mínimo la rodilla ...
Foto de Leyre

... acabando cara a cara con el imponente pico de Anayet
y plantados en el cordal , a tiro piedra de la cima.

Poco que luchar ya, volvemos a poner esquís y el cielo con su más absoluto
sigilo va poniéndose cada vez más amenazante. Como rayos subimos
lo que queda de la pirámide y desde lo alto del Espelunciecha, oteamos
 el poco paisaje que se distingue entre tanto gris a la vez que con
 cuidado quitamos focas sin dejar al viento ni invitado ni deseado que se las lleve.

Foto cimera en el Espelunciecha (2399 m).

Después de barajar el esquiar el corredor, uno no lo ve claro para esta vez
y antes de que la cosa se tuerza más todavía; nos lanzamos con los esquís
 por la vertiente Sur del Espelunciecha, surcando una nieve pesada ...

... que nos lleva a tocar fondo en el plano de los ibones
de Anayet, donde nos alejamos de la mole volcánica
 remando un poco hasta la cabecera del bco. de Culivillas.

La diversion sobre tablas no ha sido mucha y poca cabe esperar. Viendo el error que ha sido no aceptar la "ambiciosa" propuesta, arreamos dando contados giros por una nieve encostrada e intentando perder la menor altura posible para regresar cansándonos lo menos posible hasta La Glera y desde ella, tras sufrir el ataque de más depredadores, zanjar una vuelta algo agridulce en las ya más solitarias pistas de Formigal.
Foto de Leyre

5 dic '22

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