La buena nueva de un radiante día, hace que el despertador se libre de trabajar y antes de nada vayamos a contemplar el mundo exterior y su peculiar escena que se ofrece. El tiempo es oro y no dejamos escapar ni un segundo. Si el día anterior amoldamos los planes a la mala meteo, este toca adaptarlos a la buena.. a mayores y tocando "manchar" las botas.
En bus público, casi particular, nos plantamos a los pies de la mayor altura de las Feroe. Camino trillado, casi autopista. Cadenas para amarrar barcos en la parte alta, que más que servir de ayuda.. añaden dificultad de lo que pesan. Arriba.. lo de arriba como siempre es difícil de explicar. Con palabras te puedo contar lo que se ve. Lo que sientes, lo que disfrutas y lo que cada un@ encontramos no se puede explicar.. pero volviendo al materialismo, un espectáculo que nada tapa en 360°.
De vuelta en el inicio, hay que ir en busca del final. En los caminos gente por doquier, en donde no.. ovejas y lo justo un rastro de camino, resumiendo: soledad, lo que gusta por aquí. Pisando por verde y mullido cuesta abajo, rumbo a Eiði. Vida salvaje que por lo normal no se encuentra. Un panorama del que se nos privó disfrutar, ahora nos inunda las vistas hasta terminar el día y dejar a la espalda la mitad de los días de aventura.
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Amanece con el cielo limpio y el mar en calma. Gran grieta en la isla de Kalsoy. |
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Slættaratindur (882 m). Punto más alto de las Islas Feroe. |
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Un poquito de monte. Foto de Leyre |
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Risin og Kellingin. El gigante y la bruja. |
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Lado N de esta pequeña gran montaña. |
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Llegando a cima entre bloques y echando manos a la roca, porque hay unas cadenas que serán para amarrar barcos como poco. |
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Cima. Panorama de ensueño y por muy poco solo para nuestro disfrute. |
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Hacia alla nos dirigimos de nuevo, las bajuras de Eiði. Foto de Leyre |
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De camino hacia Eiði, entre pastos y sin apenas una difusa traza. |
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Liebre |
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Eiðisvatn. Última oteada a las alturas de Eysturoy y Streymoy. Liðugt The end 😀 |
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